A finales del mes de Junio, con el invierno ya encima, recordamos el nacimiento del precursor, del mensajero del que tiene que venir justo 6 meses después. La festividad de la natividad de san Juan es casi tan antigua como la Iglesia, aunque en esta noche y en otro tiempo, este día tenía una significación mágico - supersticiosa de la que no se ha salido del todo (por ejemplo, los fuegos de la noche de san Juan). En la noche de San Juan se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas: -¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milagro yo te daré pan.
El profe Roberto Tejo del área taller de computación, y la profe Mónica López Kaufmann, revivieron una de las costumbres ya tradicionales en nuestro pueblo con los niños de sexto grado turno mañana y tarde, ellos aprendieron a preparar las “Luminarias de San Juan”.
Luminarias de San Juan
En la noche de la santa celebración, en las verjas, cercos, rejas, azoteas, ventanas, estandartes especiales, etc, se encienden para dar a la fecha especial resplandor las luminarias, como si encerraran en sus combustión a los espíritus que en ellas quieren brindar a la callada oscuridad, un brillo especial. Las lumbres se preparan de las mas diversas formas: en cáscaras de media naranjas (apepu), latas, comas, pequeños recipientes de cerámicas de rara e ingeniosa artesanía, alimentados con grasa aceite o petróleo, que en la uniformidad de sus luces, traen el recuerdo de románticas ensoñaciones castellanas.
Pero aquí no termina el ritual que podríamos decir esta vinculado con las celebraciones a San Juan, porque de acuerdo a la festividad que se conmemora, aparecen otros elementos inherentes a ellos, como: Tata jehasa, juego del gallo, juego del pavo, las cedulas, muñeco de San Juan, toro kandil, etc.
